Anarkía

Si aceptamos que un sistema económico será tanto más eficiente cuanto mejor acierte a satisfacer las necesidades del ser humano, los indios Cree estaban más cerca de ser buenos economistas que los pueblos europeos del siglo XXI. ¿Cómo es posible que los mejores economistas no hayan previsto el desenlace de la profecía de los Cree y continúen amparando un modelo económico basado en un crecimiento continuo de la producción, un crecimiento que nos conduce directamente a la quiebra ecológica y cuyos beneficios ni siquiera revierten en el conjunto de la sociedad sino en unos pocos?

 La pregunta requiere una aclaración: ¿quiénes son los mejores economistas? ¿Los que tienen caché en los medios de comunicación de masas, propiedad de corporaciones multinacionales? ¿Los que ocupan cargos bien remunerados en instituciones gubernamentales o en consejos de administración de grandes empresas? ¿Los galardonados con premios nacionales e internacionales, generosamente dotados? ¿Los que perciben cuantiosas subvenciones estatales y patrocinios de fundaciones privadas para la investigación? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina, el prestigio del economista o su defensa del sistema económico capitalista? Las autoridades en quienes hemos delegado para encontrar la mejor forma de distribuir la riqueza que producimos están a sueldo de la minoría privilegiada de parásitos que nos expolia. Un sabio indio Cree probablemente nos diría que llevamos demasiado tiempo poniendo a los zorros al cuidado del gallinero.

 La Economía es una parte tan importante de nuestras vidas que no hay, de hecho, uno solo de nuestros actos cotidianos que no esté condicionado por ella. Ya antes incluso de nuestro nacimiento, factores económicos como la renta per cápita del país o el patrimonio familiar nos afectan. Los economistas deberían explicarnos cómo y por qué los fenómenos económicos afectan tan profundamente a nuestras vidas, pero en lugar de eso se dedican a conferirles poderes misteriosos que sólo ellos parecen comprender, como hacían los hechiceros con los fenómenos meteorológicos para embaucar a nuestros ancestros. Quizá sea tarde para recuperar la sabiduría de los indios Creepero aún podemos recobrar el conocimiento de la Economía, ese conocimiento del que nos tienen apartados y del que depende nuestra vida. La Economía como ciencia ajena a los consumidores y productores, comprensible sólo para una élite académica especializada, es un mecanismo de distracción del capitalismo que sirve a un solo fin: la propia perpetuación del sistema. Todos los métodos de planificación jerárquicos de la historia, en los que una minoría ha decidido por los demás sobre la organización del trabajo o la disposición de recursos comunales, han fallado estrepitosamente. Cada nuevo fracaso de paradigma económico es causa de mayor miseria que el anterior y el último de todos, el capitalismo, está comprometiendo por primera vez en la historia de la humanidad la provisión de recursos naturales para la siguiente generación.

 La planificación jerárquica es un obstáculo que sólo puede removerse con una planificación colectiva, participativa e igualitaria. En el sistema que suceda al capitalismo, la planificación de la producción y el consumo debe ser obra de los productores y consumidores mismos. No podemos permitirnos el lujo de delegar nuestra responsabilidad en más dirigentes. La responsabilidad de dirigir la economía es de todos y todas y es intransferible: La democracia representativa es inútil porque que es una forma de designar periódicamente dirigentes, no de erradicarlos. No se trata de ejercer nuestro derecho a decidir cada cuatro años sino todos los días. La participación real de productores y consumidores en la economía sólo puede ejercerse a través de la democracia directa: en las Asambleas libres de consumidores y productores libremente federadas entre sí.

 Arrebatar el control a las autoridades no implica renunciar a complejos conocimientos técnicos y científicos sino supeditar estos conocimientos al objetivo sencillo e irrenunciable de toda Economía: la satisfacción de las necesidades de consumo de todos y todas y la preservación de las fuentes naturales de riqueza para las generaciones venideras. Si nos reservamos como pacientes la capacidad de decisión sobre los tratamientos que nos prescriben los médicos, con más razón debemos reservarnos como productores y consumidores la capacidad de decisión sobre los dictámenes de los economistas. Con más razón, porque tanto en Medicina como en Economía se trata de nuestra libertad y nuestra supervivencia pero en ésta última no hay temor a que una enfermedad esté nublando nuestro entendimiento o arriesgando la salud pública.

 La refutación teórica del capitalismo, de la que hay abundante y excelente bibliografía, no basta para operar el cambio necesario. Millones de trabajadores y trabajadoras, sin cuya implicación no puede desmantelarse ningún sistema económico, reclaman pruebas de que existe una alternativa al capitalismo antes de lanzarse a la acción transformadora. Por esta razón, Habas Contadas dará prioridad a la vertiente más práctica de la Economía. Como dijo el revolucionario: “Si las ideas solas pudieran salvar al mundo, ya se han propuesto más de las que haría falta para salvarlo… No es tiempo para las ideas sino para los actos”. Aquí y ahora, ya hay cientos de organizaciones de producción y consumo constituidas sobre las bases de una nueva economía participativa. Estas organizaciones, a las que daremos espacio preferente, son la prueba de que la asociación, la cooperación y la participación asamblearia son activos más rentables que el individualismo, la competitividad y el ejecutivismo.

 No necesitamos títulos ni habilidades especiales para empezar, ni siquiera experiencia previa. La experiencia es otro activo económico que en la nueva economía no está en venta: sencillamente, se comparte. Habas Contadas es un proyecto de aprendizaje colectivo de Economía, una escuela de papel regentada por alumnos. Nos proponemos demostrar que las nociones necesarias de Economía son habas contadas y no la maraña de fórmulas retorcidas como alambre de espino con que quieren cortar el paso a nuestro aprendizaje.

 

Fuente: http://www.redhorizontal.com/noticias/revista-habas-contadas
Fuente imagen: http://www.portaloaca.com/pensamiento-libertario/textos-sobre-anarquismo/10327-autogestion-y-anarquismo-amadeo-bertolo-y-rene-lourau.html