La contemplación es una ventana al despertar, se trata de ir más allá de sí mismos, navegar en el misterioso mundo interior y encontrarse con el desconocido con el que hemos vivido desde que nuestros padres nos engendraron.
La contemplación sobre sí mismos nos da la oportunidad de abrazar nuestra oscuridad y potencializar nuestra luz, es la llave que nos abrirá la puerta al cambio. Con ella podemos hacer saltos cuánticos que nos permitirán experimentar el cielo en la tierra, ver el paraíso que somos si nos sabemos descubrir, es un camino que conlleva despegar las alas y lanzarse al vacío, a lo que no conocemos del personaje que interpretamos. Y esto no implica que el dolor deje de existir, pues este es uno de los ingredientes del despertar, sin embargo tu visión frente a él si se transformará a medida que tu te transformes.
Ahora creo que el propósito final es salirse del victimismo, la tiranía y la culpabilidad al que nos hemos sometido durante miles de años, tal vez solo estamos en este planeta para eso, para amarnos incondicionalmente, trascender fronteras, ser la paz encarnada, el espíritu materializado, la oruga que se convierte en mariposa.
Que bendición y gran trabajo es poder ser la responsable total y absoluta de la vida misma, la directora, la guionista y la protagonista en un solo personaje: YO, la artista creadora de mi propia historia.
Así que contémplate, extiende las alas, y empieza a escribir tu cinta, salta al vacío, no temas, nada malo te pasara. Confía y suéltate. Tu paraíso te espera.