La economía solidaria y alternativa ha cobrado gran importancia en Grecia debido a la escasez de dinero corriente. Se las ha arreglado para suministrar desde comida y cuidados médicos hasta cortes de pelo y clases de idiomas a miles de personas, sin utilizar ni un sólo euro.
El Banco de tiempo de Atenas, por ejemplo, permite a sus miembros ofrecer una hora de su tiempo para alguien que necesite el servicio que ofrecen. El banco de tiempo se jacta de tener doctores, dentistas, electricistas, profesores de yoga o fontaneros entre sus ofertas, aunque el servicio más solicitado es el de psicoterapia, circunstancia que deja claro que los años de austeridad han destruido más cosas que los ahorros y el nivel de vida.
“Aún estamos empezando, esto son las semillas” dijo Christine Papadopoulou, miembro del banco de tiempo y una de las coordinadoras del festival anual de la solidaridad, que reúne a miles de personas para que discutan, participen en talleres y disfruten de conciertos cada otoño.
La red está constituida por personas muy diferentes. Algunos han rechazado el dinero frontalmente, como el banco de tiempo y clinica Helleniki, un centro en Atenas que ayuda a más de 100 personas al día sólo a partir de donaciones y tiempo, sin aceptar dinero a cambio.
Otros colectivos han experimentado con monedas alternativas que pueden utilizarse como complemento del euro, algunos de los cuales han abandonado la búsqueda de un beneficio económico, como las cooperativas y algunos canales de venta directa entre productores y consumidores.
La mayoría de estos colectivos tienen sus raíces en las manifestaciones anti austeridad de 2011, cuando el gobierno informó de la serie de recortes y aumentos de impuestos que pretendían luchar contra los problemas de endeudamiento. Lo que hicieron fue traer años de desempleo masivo y pérdida de servicios sociales.
“Surgían muchas ideas antes de la crisis, pero en el contexto de austeridad teníamos un incentivo para hacerlas realidad. Además era necesario, había muchísima gente que había perdido sus trabajos” dijo Ilias Ziogas, de la cooperativa Syn Allios (Juntos), creada en 2011 para comerciar con productos de comercio justo.
Han conseguido aumentar sus ventas mientras disminuían las del resto de comercio por la crisis, algo que Ziogas atribuye al deseo de cambiar nuestra manera de vivir. “No es un movimiento enorme, no exageremos, pero es algo que ha estado creciendo durante los últimos años” dijo.
La expansión no ha sido fácil. La prolongada crisis financiera que ha aterrorizado a la economía convencional también ha significado una oportunidad para las alternativas económicas, a menudo pequeñas y vulnerables a la “fatiga” o a las luchas internas.
Hay muchos proyectos cuyas páginas web obsoletas son la última memoria de los sueños de sus fundadores y promotores, desde un proyecto para jóvenes desempleados en Atenas a la moneda Votsalo (guijarro)..
De todos los proyectos de economía solidaria, las monedas alternativas son seguramente las que han captado mayor atención mediática, además de preguntas sobre que hará Grecia si se queda sin euros o si finalmente abandona la moneda europea. Pero la gestión de una moneda es muy compleja además de necesitar de mucho tiempo, por lo que muchas han durado poco.
“Cuando el proyecto votsalo comenzó en 2012, el objetivo era cubrir nuestras necesidades básicas, parar de pensar como consumidores y empezar a pensar como seres humanos. Demostrar que podíamos vivir sin dinero” dijo Margarita Kiriakou, una de las fundadoras, que ahora piensa que fue un error trastear con dinero alternativo.
Algunos de los miembros estaban saturados por la demanda y no podían gastar lo que habían ingresado, mientras que otros lo veían como dinero gratis. “Los dentistas, uno de los servicios más populares, no podían deshacerse de sus votsalos, mientras que otros gastaban un montón sin ofrecer nada.”
Este era el mismo problema de una de las monedas complementarias más exitosas de Grecia,el TEM, dijo Ioanna Kostopolis, esposa de uno de sus fundadores originales. Debe su durabilidad en parte a un programador que le dedicó tiempo en San Francisco, creando un software muy potente para el proyecto, aunque aún deben afrontar diferentes retos humanos.
“Al principio le dimos 300 TEM a cada miembro que se registrara, de manera que pudieran comenzar a gastar, pero mucha gente lo vio simplemente como un regalo de 300€, lo gastaron y no volvieron jamás.” dijo desde el norteño puerto de Volos. “Una vez que nos dimos cuenta de lo que ocurría tuvimos que bajar este saldo inicial a 50 e incluso a 20€.”
También tuvieron problemas con gente que utilizaba la red para ofrecer sus servicios y después sólo aceptaban el pago en euros y no en TEM. Estas personas fueron advertidas y finalmente expulsadas en reuniones públicas, un proceso muy laborioso, desde el cual el grupo se ha estabilizado.
“Es bueno tener unos pocos centenares de miembros, de manera que conozcas a los demás y confíes en ellos, para fomentar la solidaridad” dijo Kostopolis. “De otro modo es un mercado libre como cualquier otro, y no sabes quien te intentará timar.”
Es por este motivo que ella no se puede imaginar que el proyecto crezca más allá de la ciudad de Volos, aunque admite que los fundadores están buscando otras maneras de organizar intercambios de bienes y servicios que sean capaces de funcionar más allá del dinero convencional.
Miles de griegos se están beneficiando del quizá proyecto de economía solidaria más simple de la nación, un movimiento que enlaza directamente a los consumidores con los productores de su comida, detergentes y otros productos esenciales, imponiéndose así a los supermercados y grandes establecimientos.
La mayoría de productores recibe los pedidos antes de la reunión mensual en la que productos y servicios son entregados. En un país con un importante mercado paralelo, incluso el gobierno gana con esto, pues se toma nota de todas las transacciones como afirma Dimitris Tsilogiannis.
“Hemos tenido una gran respuesta del público, todo lo que hacemos es totalmente legal y lo que es más importante, todos los vendedores dan recibos” dijo durante un evento. En la oficina le acompañaban un soldado, un amigo sin empleo y un administrativo, todos ellos voluntarios.
Su grupo local ha coordinado la venta de 1500 toneladas de patatas, aceite de oliva, arroz, harina, fruta, miel, queso, legumbres y otros productos a un tercio del precio normal de supermercado.
“Necesita tiempo, trabajo duro y un montón de esfuerzo de sus miembros” dijo Tsilogiannis. “Pero el resultado que obtenemos es muy inspirador y sentimos que la gente responde a nuestro propósito.”
Tras los últimos recortes que se acordaron estas semanas, la necesidad del sector de la economía alternativa no podrá si no crecer, consiguiendo nuevos miembros que animen a otros a participar. Aquellos que no han tenido éxito dicen que sus sueños eran más fuertes que sus organizaciones.
“Ahora que la crisis ha crecido creo que algo ocurrirá” dijo Kiriakou, uno de los fundadores de una moneda fallida. “Quizá volvamos a organizarnos con gente diferente.”
Artículo original en inglés en TheGuardian
que bonita experiencia, y nos anima a seguir en la lucha por que no es nada diferente a lo que nos a pasado a nosotros, por que han habido momentos tan difíciles que nos han hecho replantearla estrategia una y otra ves y de esos momentos es cuando mas hemos aprendido, compañeros solidarios de mi Colombia y el mundo las crisis hay que verlas como el momento que nos permite crecer en lo personal y espiritualmente. un Abraso solidario
Federico Molina dice:
julio 29, 2015 a las 12:42 am
En la Aragentina vivimos un momento similar un tiempo después del cual hubo cambios que nos condujeron a la situación actual con un gobierno que solucionó gran parte de los problemas que había entonces además de otros que venían de larga data.
Así parece, según dicen los paleontólogos y antropólogos, que la humanidad ha avanzado superando crisis desde las glaciaciones, los cambios de clima y distintas amenazas naturales como las pestes,etc ., y ya últimamente las guerras y debacles económicas.
Es admirable el ingenio y la fuerza del ser humano para superar adversidades. Inclusive en la actualidad que son adversidades provocadas por otros seres humanos ineptos o insensibles al dolor y el sufrimiento de los demás. Pero, parafraseando a Eurípides en la Andrómoca, de los caminos cerrados siempre el ser humano encuentra la salida.