Hace poco leía un artículo donde se preguntaban qué había ocurrido con el “boom” de las impresoras 3D. Es cierto, que se escribieron ríos de tinta sobre cómo la impresión 3D, iba a suponer una revolución, y, probablemente, todos nos imaginábamos imprimiendo muebles en nuestras casas en el futuro. Pero en realidad, no ha sido así. No hay una impresora 3D en cada hogar, y, realmente, es muy difícil que la haya algún día. Eso no significa que no sea una tecnología útil, todo lo contrario, hay sectores profesionales donde la impresión 3D ha tenido un gran impacto positivo.
Ese es el caso de la Fundación Materialización 3D, que junto a Enable Colombia, fabrican prótesis para niños mediante impresión tridimensional desde hace un año. En este tiempo, han cambiado las vidas de 16 niños, creando 27 prótesis para ellos. Realizan tanto prótesis mecánicas, aprovechando la muñeca o el codo, como eléctricas, con sensores en el tejido muscular. Con el añadido, de que todos los diseños, y avances quedan de forma abierta, a disposición de todo el que lo necesite.
El jovencísimo equipo, instalado en el espacio de coworking del Lab1 en Bogotá, lo componen 8 personas, y están liderados por Cristian Silva, el ingeniero mecatrónico. Nosotros hablamos con Wilmer A. García, el responsable del diseño de las prótesis.
Las prótesis para niños vienen patrocinadas por donaciones de particulares, de esa manera, quedan subvencionadas al 100%. En cambio, las prótesis para adultos tienen un coste básico, el de los materiales, que rondan los 300€.
Tal y como nos contaban sus impulsores, aunque el sistema sanitario colombiano, cubre la implantación de prótesis, éstas no son del todo eficientes y modernas. Realmente, el problema radica en que la mayoría de ellas son estándar, es decir, no se personalizan a las necesidades y medidas del paciente. Pero el mayor problema, es que estas prótesis caen en un “índice de decepción” elevado, es decir, los niños las terminan rechazando y abandonando. Sobre todo, porque una prótesis, por ejemplo, con un gancho,puede llegar a asustar. Además el peso de los materiales, hace que sean incómodas de llevar, sobre todo para alguien de corta edad. Con las impresoras 3D pueden utilizar plástico PLA, y materiales más ligeros y flexibles, dándoles la posibilidad también de personalizar cada prótesis. Y no sólo en cuanto medidas, también en diseño, por ejemplo, con el aspecto de la armadura de Iron Man o del Capitán América. Mejorando así la aceptación y autoestima del paciente.
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