En los últimos años la apertura de la información, o aquel cambio energético hacia el “despertar”, han traído consigo un conocimiento ancestral, permitiéndole a las nuevas generaciones conocer sobre aquello que antes solo los mayores ( los abuelos) conocían, cambiando la visión de una planta, como algo más que un ser vivo.
De niños, en el colegio en clases como Biología o Química, se nos enseñaba la estructura interna de las plantas, también se nos decía que ellas absorbían dióxido de carbono y emanaban oxigeno; sin embargo, el conocimiento se quedaba solo en aulas de clase al responder las evaluaciones o al contestarle al profesor.
Quizás también, las plantas eran esa decoración de las abuelitas, que uno como nieto siempre dañaba al ir su casa… ¿Que tanto cuidaban? ¿Han sido siempre un objeto de decoración? Pues bueno, ahí la magia de las plantas, de aquellos seres vivos que tienen un poder diferente en cada casa, para cada persona, para cada espacio.
“Plantas de poder” ha sido una denominación que culturalmente se le ha dado a aquellas plantas usadas ceremonialmente, que han abierto las puertas de un campo místico o esotérico, y le ha permitido a muchos acceder a otros estados de consciencia. Sin embargo, nos olvidamos de lo esencial , nos olvidamos del día a día, siendo esta la única oportunidad para tejer nuestra vida: para formarnos, para tomar decisiones, para construirnos.
Así, resulta necesario no segmentar, no dividir, sino al contrario ampliar la percepción, y ver que las plantas de poder, no son solo aquellas que dan “consejo” , sino en general son todas, porque en principio gracias a ellas, es que tenemos el poder de respirar y así vivir.
Podemos también adentrarnos al conocimiento de cada una de ellas, donde podremos descubrir así como un universo todas sus capacidades: Unas sanando enfermedades, otras como herramientas para dialogar con nuestro espíritu, otras siendo cercas entre las fincas, otras para llamar la fortuna, y otras más, siendo unos hermosos regalos para decorar la casa.
Y si bien ellas tienen el poder de todo, lo cierto es que nosotros deberíamos por lo menos tener y cuidar una planta, porque así como ellas nos pueden dar todo, también hay que reconocer que necesitan del ser humano para su cuidado.
Ejercicio practico:
Piensa en un proyecto que quieras realizar, que anheles con mucha fuerza, y consigue una semilla. La semilla será tu proyecto , así que conseguirás un recipiente donde sembrarla y cuidaras de él/ella hasta que crezca; teniendo la plena consciencia que todos los sueños se hacen realidad trabajando en ellos.