“ Si el mundo va en curso de colisión, uno puede tomar la mentalidad de rebaño…o uno puede coger otra ruta. Estamos en crisis social, crisis ambiental, crisis de valores, crisis de adicciones. Todo tipo de crisis. Si uno coje otra ruta uno puede irse solo o puede jalar a otros. Yo soy de los que jala a otros” Pedro Medina
Recientemente visité en Bogotá la casa y museo de mi amigo Pedro Medina, un fascinante personaje a quien conocí durante mi última estancia en este país en el año 2012.
Con ya más de cinco décadas caminadas, Pedro es el presidente de la fundación “Yo Creo en Colombia”, organización que él mismo fundó hace 15 años y que se dedica a dar a conocer, tanto en Colombia como a nivel internacional, la riqueza y belleza de esta nación del continente suramericano.
La casa de Pedro es nombrada por él mismo como el “Museo de La Paz” y es una de las quince casas museos de Colombia. En palabras de Pedro, este lugar combina Inspiración, Innovación, Transformación y Alimentación, elementos que representan para él desafíos pero también oportunidades a los que se enfrenta de manera cotidiana y que le dan la posibilidad de sentirse en paz.
La visita transcurre entre ramas de árboles secos y crustáceos marinos, libros, elementos naturales y curiosos artefactos, cada uno con un significado particular. Muchos de estos objetos hacen referencia a las diferentes culturas y pueblos, así como a episodios de la historia de Colombia.
El tapete de la entrada, por ejemplo, viene del pueblo de Socorro que se ubica en la región de Santander, lugar de origen del bisabuelo de Pedro y región en donde se gestó la Revolución de los Comuneros en 1781. Este tapete, sin duda debe de tener algún significado muy especial para su dueño, quien pide a todos los visitantes que antes de pisarlo se despojen de toda la mala energía, de todo lo que no les ha funcionado en la vida, de todos los políticos corruptos, y de toda la gente que destruye. ”Todo eso déjalo aquí”, les dice y nos dice Pedro a todos los que nos aventuramos a continuar el recorrido de su Museo de la Paz.
Un gigante corazón de panela (azucar cruda) en una esquina de la sala nos recuerda la naturaleza dulce del corazón humano y la necesidad que siempre tenemos de comunicarnos desde el corazón. Unas enormes raíces de café de más de 20 años de antigüedad sostienen la cama de Pedro y le recuerdan diariamente lo importante que es para el ser humano conectarse con sus raíces.
El baño es una “Inoteca”, una mezcla de inodoro y biblioteca, en donde una colección de libros inspiradores y frases escritas en la pared por los visitantes del museo acompañan ubicuamente al pensativo caminante que por ventura o desventura tiene la necesidad de sentarse en ese tan sapiencial trono.
El recorrido por la casa museo invita a ver lo trascendente en objetos sencillos de la vida cotidiana. A conocer o por lo menos a querer saber cuáles son nuestras raíces. A tomar riesgos y a sembrar semillas. También nos enseña que la frustración puede transformarse en inspiración para innovar y abrir la brecha de un camino nuevo que conduzca al cambio.
El nacimiento de “Yo Creo en Colombia”

Al recorrer su casa museo, uno también va conociendo diferentes momentos en la vida de Pedro. De joven, Pedro estudió en una academia militar en Florida, Estados Unidos, país en dónde pasó siete veranos vendiendo libros de puerta en puerta. Así, desde los 18 hasta los 25 años de edad recorrió Lousiana, Arkansas, Oklahoma, California y Washington.
Su espíritu dinámico y emprendedor lo llevó a convertirse en el responsable de introducir la multinacional McDonald’s a Colombia en los años noventa. Hoy, Pedro ha resignificado ese detalle de su vida profesional y ha adoptado un estilo de orientado hacia el naturismo y la simplicidad. Su desayuno diario consiste en un plato de avena y semillas remojadas en “agua panela”. No toma café ni azúcar y mucho menos alimentos procesados. No tiene platos de porcelana en su casa, usa en cambio “totumas” que son bules naturales, que utilizan, a manera de vajilla, los indígenas en Colombia y en otras partes de Suramérica y platos de barro.
En 1999, Pedro se dedicaba, entre otras cosas, a dar conferencias sobre negocios y emprendeduría en diversas universidades de Colombia, en un momento en el que el país atravesaba una etapa de violencia e inestabilidad política que causó un fenómeno de migración masiva. A fines de la década de 1990 y a principios de la década siguiente, muchos colombianos literalmente huyeron del país y se autoexiliaron en otras partes del mundo. 1,600,000 colombianos salieron en 4 años.
Un buen día, Pedro le preguntó a un grupo de estudiantes que ¿quiénes se veían viviendo en Colombia dentro de cinco años?. Solamente doce de 39 alzaron la mano. Sorprendido, Pedro comenzó a venderles Colombia: “Les dije: y…el café, y… las esmeraldas, y… los dos mares, y… las flores. No se me ocurrió más nada y un profesor sin argumentos no sirve de mucho”. Ese día, Medina se sintió desamparado: “¿Cómo puede ser que nadie quería vivir en Colombia?” Èsto lo hizo reflexionar: “No vendemos lo nuestro porque no lo sabemos vender, porque no lo conocemos, porque siempre nos han mostrado lo malo. Y siempre hemos pensado que todo lo foráneo, que todo lo extranjero, es mejor”.
Para Pedro Medina de la frustración nace la inspiración, y de la inspiración la innovación. O como se dice en la permacultura: “el problema es la solución”.
De la frustración que sintió ese día en el aula de clases surgió la fundación “Yo Creo en Colombia” que pronto se convirtió en la organización sin fines de lucro, líder en Colombia y modelo en América Latina en construcción de confianza, inspirando a los colombianos a conocer, construir y creer en su país.
Desde su fundación en 1999, “Yo Creo en Colombia” ha realizado más de 6 mil conferencias ante 700.000 personas en 161 ciudades y 31 países, creando así una escuela de pensamiento que visualiza a una Colombia y a una Latinoamérica “…capaz, inteligente, trabajadora, apasionada, feliz, curiosa, productiva y competitiva. Una Colombia y una Latinoamerica que existe pero que muchos no ven”.
La Minga. Un oasis de esperanza.

El domingo en la mañana salimos temprano de Bogotá para visitar la Minga, proyecto ecológico fundado por Pedro hace cinco años aproximadamente.
Para llegar a la Minga manejamos a través de bosques, de llanos y de un ecosistema muy particular conocido como “los páramos”. Según aprendí ese día, los páramos son literalmente fábricas de agua y Colombia tiene la fortuna de contar con la mayor superficie de páramos en el mundo con el 98% de las especies vegetales de páramo que existen en el mundo.
Actualmente muchos de los páramos en esta región de Colombia están amenazados por la actividad minera. Ésto es preocupante si tomamos en cuenta que ahí nacen importantes fuentes de agua de las que se suministra del vital líquido a Bogotá y a varios municipios de Cundinamarca y por sí fuera poco, en esos páramos nacen también los ríos Teusacá, Palmar y San Cristóbal. Afortunadamente, no todos apoyan la instalación de la industria minera en los páramos, ésto lo pude constatar al encontrar a lo largo de la carretera muchos letreros que pregonaban la leyenda: ¡Agua Sí. Minería No!
Después de unas horas de camino y luego de parar por unas arepas de queso, finalmente llegamos a La Minga. Un proyecto que en palabras de su dueño y fundador es un “ templo de aprendizaje para la renovación, rodeado de naturaleza e inspirado en ella”. Para Pedro cada planta y cada esquina del terreno están cargadas de un profundo significado pues rememoran productivas sesiones de trabajo comunitario, inspiradores talleres con la comunidad, momentos de felicidad, frustración y re planeación que justamente fueron dando forma al diseño y construcción del espacio.
En la construcción de las edificaciones, las cuales fueron levantadas con diversas técnicas de bioconstrucción como el bajareque, el adobe y la tapia pisada, se utilizaron barro, madera, guadúa y rocas, materiales naturales que se encontraban ahí mismo.
El diseño y la construcción de las principales obras estuvieron a cargo del arquitecto ambientalista Carlos Rojas, fundador de Aldea Feliz y líder del movimiento de ecoladeas de Colombia y Latinoamérica.
La Casa principal de La Minga es de forma oval y tiene un techo verde. Cuenta con una cocina amplia equipada con estufa industrial y horno de barro. La obra también cuenta con un sauna, varios baños secos, 30 camas y dos habitaciones privadas.
Actualmente se llevan a cabo en La Minga diversos encuentros, talleres, retiros empresariales, jornadas de trueque y todo tipo de eventos. Según su página web La Minga es “un modelo replicable que promueve un sentido de empoderamiento y de autodeterminación…” y “estilos de vida sanos e inteligentes.”
El día de mi visita, varios vecinos y amigos de los Medina recorrían el terreno para analizar formas de restauración de suelo y protección de la fuentes de agua. De hecho se están planeando ya, jornadas de educación con los vecinos de la zona para unir esfuerzos y detener la erosión del suelo, proteger el río y rescatar la cuenca.
Antes de irme, tuve la suerte de conocer al hijo de Pedro, Felipe Medina, quien con 25 años de edad se ha convertido en el guardián de la Minga, en donde vive con su mujer y su hijo de seis meses, rodeado de lo que más ama: la naturaleza. Alun, su bebé, nació aquí en La Minga y fue recibido por el mismo Felipe, quien sin dilación, ayudó a su esposa a parir ya que la partera tardó mucho tiempo en llegar. Un día antes de mi llegada, nacieron unos gatitos, justo en el mismo cuarto donde Alun fuera recibido por su padre. La vida florece en este lugar y ¡de qué manera!
No cabe duda que todo comienza con un sueño y que piedrita por piedrita todo sueño puede hacerse realidad.
Innovando en los vacios: Pedro Medina en TEDxYouth@CSC
https://www.youtube.com/watch?v=Sxs2b1ksZgM
Video Sobre la Minga
LINKS:
Yo Creo en Colombia – http://www.yocreoencolombia.com/
Twitter de Pedro – https://twitter.com/yccpedro?lang=en
La Minga, casa gestante – http://laminga.co
Fotos: http://www.flickr.com/photos/bellozalamea/sets/72157633761209122/
Facebook: https://www.facebook.com/pages/La-Minga-Casa-Gestante/618335781534139
Participe en la Jornada de Trueque en La Minga Agosto 2 y 3, 2014 minga.yocreoencolombia.com