Desde que elegí entregarme al servicio, naturalmente los ríos de la vida fueron llevándome a este maravilloso mundo de la Mujer. Una gran cantidad de multiversos llenos de colores, texturas, aromas, movimientos, etc. Así, desde mi labor como psicóloga clínica desde hace más de 7 años, he tenido la maravillosa oportunidad de acompañar a muchas mujeres a navegar en sus mundos internos, he podido ver como miran, sonríen, respiran, sentir como sienten, escuchar cómo piensan, en definitiva una experiencia completamente retadora y nutridora!.
Dentro de todo este trasegar, muchas veces me he encontrado con este tema que conocemos como “violencia contra la mujer”, con experiencias fuertes, desgarradoras, el encontrarse con esta energía, con sus voces o testimonios, ha sido intenso. Saber que, (según la ONU Mujer, Medicina Legal, Profamilia, Dane), en Colombia el 39% de mujeres han afirmado haber vivenciado la violencia. En el año 2013 más de 33.000 personas fueron capturadas y judicializadas en casos de violencia contra la mujer. En el 2014 hubo más de 514 feminicidios, 15.640 mujeres fueron víctimas de la violencia intrafamiliar y otras 5.545 denunciaron abusos sexuales. Así, más o menos cada 11 minutos una mujer es agredida por su pareja, cada media hora una mujer es víctima de violencia sexual y aproximadamente una mujer cada tres días es asesinada. Una realidad que comienza a tener cada vez más voz.
Todo esto me ha permitido reconocer que lo que llamamos “Violencia con la Mujer”, se puede ver en todas las etapas del ciclo vital: niñas, jóvenes, madres, ancianas, en todas las razas, estratos, religiones y contextos. También reconocer el lugar de la víctima, sentir los derechos vulnerados, entrar en la experiencia. Lo agradezco profundamente, pues ha sido uno de los caminos para conectar con la esencia, la sacralidad, la infinita dulzura y amor que nos permiten respirar en esta tierra. Ha sido una bendición, una oportunidad de aprendizaje, para contener, danzar el dolor, cantar la rabia, abrazar la frustración, e integrar y trascender las experiencias. Todo esto llevándonos a un lugar más amoroso.
Así, mi labor se ha enfocado en reconocerme como mujer, hija de un linaje de úteros, una mujer con su útero, tetas, y un corazón que late y se entrega a compartir con otras mujeres, reconocerlas y acompañarlas en endulzar y transmutar todas esas experiencias que las han alejado de su esencia, que les impiden brillar con su luz propia.
Reconozco que el futuro es ahora, que este es el tiempo en el que como mujeres estamos re-encontrándonos, amistándonos, y así encontrándonos con nuestra infinita sabiduría, nuestro inmenso poder desde el amor. Estamos en una transición en el que como mujeres estamos recordando que somos uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de las sociedades y por ende un factor de cambio y transformación social muy poderoso.
Agradezco a todos y cada uno de los úteros, de los corazones que han pulsado estas transiciones, que mantienen vivas tradiciones ancestrales que nos ayudan y guían en este caminar, que han ofrecido su vida para que podamos oír y ver de nuevo el camino del amor. Este es el tiempo de la Mujer Despierta.
#MujerDespierta #AkkiWoru
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